Con algarabía, tambores, zancos, saltimbanquis y el espíritu de más de doscientos jóvenes de diversas partes de Latinoamérica y el mundo finalizó la mañana del 30 de Noviembre el Encuentro Latinoamericano de Juventud y Arte Comunitario. El recorrido comenzó frente al parque de San Sebastián en la zona uno de la capital guatemalteca, al compás de la batucada, la cumbia y el mapalé. Una gran serpiente emplumada, creación colectiva de los talleres de comparsa con que contó el encuentro, recorrió las calles guatemaltecas hasta llegar al Parque Central, donde las distintos grupos de trabajo junto con los talleres hicieron gala de lo aprendido en estos 5 días de concentración y diversión.
Cánticos, poemas, bailes, artes circenses y escénicas fueron la tónica durante la presentación de los resultado alcanzados. La nota política la puso la lectura de una carta de adhesión firmada por las personas y redes convocadas, interpelando a las autoridades competentes del estado para que se apruebe cuanto antes la Ley de Juventud en el congreso guatemalteco.
La jornada finalizó con un retorno a Caja Lúdica, donde el color y la efervescencia juvenil fueron provocando en las calles un nuevo aire de libertad y de esperanza. La alegría, el amor, y cánticos llenos de motivación no se dejaron de sentir durante este recorrido. “Dicen que vino el fuego, pero vino la alegría” fue una de las coros donde más fuerte se sintió el brío renovador y esperanzador de este movimiento que, gracias a un trabajo en red, ya empieza a generar cambios importantes en las formas de vida de nuestros pueblos.
Cánticos, poemas, bailes, artes circenses y escénicas fueron la tónica durante la presentación de los resultado alcanzados. La nota política la puso la lectura de una carta de adhesión firmada por las personas y redes convocadas, interpelando a las autoridades competentes del estado para que se apruebe cuanto antes la Ley de Juventud en el congreso guatemalteco.
La jornada finalizó con un retorno a Caja Lúdica, donde el color y la efervescencia juvenil fueron provocando en las calles un nuevo aire de libertad y de esperanza. La alegría, el amor, y cánticos llenos de motivación no se dejaron de sentir durante este recorrido. “Dicen que vino el fuego, pero vino la alegría” fue una de las coros donde más fuerte se sintió el brío renovador y esperanzador de este movimiento que, gracias a un trabajo en red, ya empieza a generar cambios importantes en las formas de vida de nuestros pueblos.
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